Uno de los asuntos más peliagudos de los aquilenios es su política con respecto a los senevitae, llamados así para distinguirlos del ciudadano corriente: los «sinvida», se podría traducir en el idioma Clásico de los Descendientes.
Hay un antiguo mural en la Casa de los Pobladores, uno de los edificios públicos más antiguos de los aquilenios, donde se ve a un aquilenio fundador (los llamados Descendientes -de Matergea-), donde se da la mano en alto con un senevitam, donde muestra un paisaje de una ordenada ciudad, un horizonte con cinco soles (tantos sistemas como los aquilenios han poblado en su historia, contando el sistema circumbinario de Aquila Magna), y varios y distintos grabados en escrituras arcaicas, junto con la representación de Matergea en una esquina superior.
Pero este es mural que oculta capas de verdad a la opinión pública. Lo cierto es que, diez mil años atrás se produjo una gran guerra que separó a los Hijos de Matergea: los Conflictos de la Calamidad.
En el Archivo 8864 de la Antigua República, bajo capas y capas de seguridad, y trasladado a Olympus, se halla la verdad, se encuentran los relatos en viejos cristales de codificación, que relata lo sucedido en ese periodo de la historia.
Y de la mano de los escribas de la tribu de Eldesham cuentan cómo MaterGea fue destruida durante el enfrentamiento contra la Consciencia, como se llamó o se hizo llamar el programa que se hizo consciente de sí misma y examinó la historia de los matergeanos. Y levantó hordas y hordas de servidores sin vida que acosaron y cazaron a los matergeanos. ¿Por qué? Nunca se desveló, o esa información no se transmitió. Treinta mil millones de vidas se perdieron a lo largo de toda la Expansión (nombre dado a todos los dominios colonizados por los matergeanos que, por entonces, respondían al nombre de Humanidad).
Ese archivo es prácticamente inalcanzable y está escrito en el antiguo dialecto matergeano que apenas nadie es capaz de entender, de entre los eruditos más dedicados de toda Aquilenia. Se traslada siempre en cada nueva fundación como parte de las Angulum Petrae, las Piedras de Fundación y se guarda una copia bajo los cimientos de cada Casa de los Pobladores, el lugar donde se refugian los colonizadores de cada nuevo asentamiento aquilenio y usan como base operativa hasta que se da la orden de población.
Esas guerras, ese Conflicto de la Calamidad fue lo que hizo que se prohibiera el desarrollo de consciencias artificiales autónomas, y, tras la Disgregación (los matergeanos no llegaron a un consenso de Nueva Civilización y se diseminaron), los protoAquilenios llevaron la prohibición consigo.
En Aquilenia
La Prohibición de la Consciencia es uno de los motivos por los que los senevitae no se ven apenas en los territorios aquilenios, al contrario que en zonas corporativas o en sectores de otras civilizaciones que han relajado su vigilancia.
Y al aquilenio medio se le inculca desde poca edad es actitud, desconfiando y revisando los senevitae que los rodean casi constantemente en busca de signos de autoconsciencia. Casi todos los senevitae aquilenios, desarrollados en sus territorios tienen dispositivos de apagado forzado y de autodestrucción que volatilizan sus centros de comportamiento y energía.
Los senevitae de otros lugares no son permitidos ni en la zona franca, y su presencia está proscrita.
La existencia (no vida) de los senevitae está coordinada a un centro de mando que los monitoriza pero que no los puede interconectar.
La existencia, igualmente, de las «vitae artificiales» está totalmente prohibida salvo por las excepciones reguladas por el Senator Magnus que designa una fuerte supervisión y la desactiva cuando ha cumplido su función.
Uso de los senevitae
Normalmente los senevitae se destinan a tareas pesadas, rutinarias y fuertemente supervisadas en su coordinación y funciones por un vitam o más de uno que puedan observar siempre con los llamados «ojos frescos» ajenos a cualquier tipo de manipulación.
La guerra con senevitae es extremadamente deshonrosa y aun así los aquilenios se enfrentan a ejércitos enteros de senevitae («metálicos», en la jerga militar) hasta que la situación es lo suficientemente desesperada o justifica el despliegue de la Legio Metallum, que posee algunos de los más poderosos senevitae del cosmos conocido y cuyo funcionamiento es secreto, su existencia a penas susurrada, sus despliegues, censurados, y no se permite a un civil conocer esa información salvo grandes excepciones o mandato expreso del Tricamerón.
Los senevitae rara vez serán expuestos al público por el rechazo cuasi instintivo que producen en los aquilenios, salvo los más abiertos de mente, y la transferencia de consciencia vitam a un dispositivo que la pueda albergar dentro de un senevitam está estrictamente prohibida sin excepción de ningún tipo, bajo pena máxima.
Las formas de sintevitae como ciboroides y «sintes» no son bien acogidos en Aquilenia, y se conocen muy pocas excepciones a esto, casi no existen el sinte al que se le haya dado la ciudadanía aqulineia. Y cuando así sucede, es celebrado por todos y reconocido como un héroe nacional. Solo el Senator Magnus puede otorgarlo, normalmente tras largas deliberaciones.
Los asistentes en las naos y transbordadores que por necesidades son de género sintoide o senevitae suelen estar confinados en estas estructuras o en las estaciones siderales donde solo ellos pueden dedicarse a ciertas labores altamente especializadas.