Los Cremones son un culto poco extendido entre los Aquilenios pero que poco a poco gana adeptos. No contradice a los demás cultos, pero sí que los plantea como derivaciones o los reinterpretan para intentar aglutinarlos dentro de sus creencias. Sin embargo es un culto respetado dado que la mayoría de los Cremones trabajan gremialmente en las Casas de Muerte, donde realizan las exequias, tanto acorde a los ritos que les determinen, apoyando a los sacerdotes y a los familiares, pero siempre dando un final igualmente apto según sus creencias, lo cual no implica ninguna modificación del cadáver.
Pre-Olympus
Antes de la Operación Peregrinatio hacia el nuevo sector Olympus los Cremones centraron su culto durante dos mil años (lo que lo hace relativamente nuevo) en Rockiam, el Sol Rojo, Padre de Vida y el Que Acoje en Su Seno Ígneo.
Siendo casi deístas, creen que la sustancia ígnea de Rockiam es germen de vida. Saben que las estrellas son muchas y que hay muchos más soles, pero en este caso toman a Rockiam como el Dado de Vida, el que acogió a los Aquilenios y les dio un nuevo hogar después de la anterior Peregrinación y la llamada Larga Noche. Sus creencias estipulan que durante ese tiempo Rockiam no habia alcanzado la madurez suficiente como para procurar un hogar digno a los Aquilenios y que, cuando llegaron al sistema Aquilenio, los puso a prueba con sus llamaradas y su radiación, estimulándolos, haciéndoles más duros y fuertes para mejorar como especie superviviente. Así, por influencia de Rockiam, aparecieron los generadores escudo, los deflectores y la minería de alta presión en asteroides.
Consideran a Rockiam como un ser cuasi vivo, y existe un monasterio que orbita la estrella en una cercanía casi suicida. Todos los que viven en él son ciegos, ya que uno de los dogmas es sacrificar la vista mirando fijamente la estrella hasta que se les queman las retinas. Solo así se siente todo el poder de la Estrella. El monasterio está fuera de la zona habitable y es una estructura blindada con altas torres de un mineral capaz de soportar y deflectar por si mismo el poder de la radiación estelar, en su mayor parte.
Curiosamente grandes inventos de los Aquilenios han surgido de los Igenieros ígneos que viven en las profundidades de dicha fortaleza y que es considerada como una de las Universidades más prolíficas de toda la civilización Aquilenia. Dichos ingenieros son los únicos que no están ciegos y cuyo compromiso es mejorar la vida de los Aquilenios.
Los Cremones son los responsables, en los planetas, de las cremaciones de los Aquilenios, que, rara vez, entierran a sus muertos, puesto que, salvando su genoma, consideran que toda vida orgánica tiene su fin y siendo cremados dejan espacio para otras almas o, incluso, para las mismas, en nuevos cuerpos de carne (ya se ha remarcado su aborrecimiento hacia los transvitam).
Por lo tanto, dentro de los planetas y sectores Aquilenios, los Cremones son vistos como unos sacerdotes de la Muerte, capaces de brindar consuelo en la etapa de duelo, y que se ocupan de la tan necesaria cremación de la forma más discreta y eficaz.
Ellos no abominan de los implantes y aumentos sintéticos, si bien los que atienden a los familiares de los difuntos nunca están aumentados, consideran que la tecnología de aumentos necesaria es una eficaz muleta (nunca una evolución puesto que no es orgánico), y gran parte de los aumentos y maquinarias provienen de sus inventos.
Post-Olympus
Tras la operación Peregrinatio los Cremones mayores quedaron en la Fortaleza Roja, orbitando Rockiam, y allí morirán. El último de ellos pulsará el mecanismo que propulsará la fortaleza hasta la estrella, si ésta no los reclama antes, para incorporarlos a su corazón magmático.
Pero con el traslado de la civilización aquilenia al sector Olympus, los Cremones vieron un doble motivo de regocijo. Por un lado proclamaron a Rockiam como Rockiam Invicto, puesto que lo que él dio, el lo arrebató y se espera que en poco tiempo (estelarmente hablando) el sector aquilenio al completo será inhabitable por la radiación, aparte de por la destrucción de los planetas; sobre todo cuando la estrella aumente varias veces su tamaño y lo engulla todo.
Con esto, Rockiam Invicto es uno de los grandes parangones de la muestra de la evolución para los Cremones pero también necesitaban un nuevo centro de su culto. Y este fue Rea.
Rea es la estrella amarilla que da calor y sustento al fecundo sector Olympus, y la consideran (en femenino) como la sucesora lógica de Rockiam, con una cara amarilla, amable, firme y exigente, como su antecesor, pero igualmente noble y poderosa.
De nuevo casi deístas en torno a Rea, la consideran la nueva salvadora de los Aquilenios.
El culto a Nakae
El culto a Nakae es un culto oscuro que en un principio era complementario y surgió en la órbita de Rockiam.
Deificaron la figura de Nakae, la luna de Aquila Magna que fue destruida cuando el planeta estalló y sus pedazos fueron atraídos inexorablmente hacia Rockiam.
En un principio era un culto secreto que poco a poco ganó fuerza. Establecieron una Fortaleza de la Separación en la propia luna, donde se refugiaban y se dedicaban a la contemplación de la vida, de la Muerte, y realizaban rituales de los que no nos han llegado más que retazos y elucubraciones.
El culto de Nekae se ocupaba de los que trasponían la vida, compilando vidas y haciendo registros, custodiando genomas y también dejándose ver en los eclipses durante sus llamados «Pasos de Muerte», en los que figuras encapuchadas en negro descalzas y con los rostros velados y campanas pendiendo de los hábitos, caminaban por todos los planetas buscando almas errantes, y también llevando noticias de lares y ancestros a familias afligidas.
No se conoce demasiado bien la agenda de los Nekaenitas, pero sí que ayudan en muchas ocasiones a los Rockiamos y los complementan. Destacan, dado que los seguidores de Rockiam visten de rojo hierro y negro y los Nekaenitas de negro intenso con una sola franja blanca que representa al satélite.
Tras la Peregrinatio se establecieron en Keini, la luna del planeta principal del sector Olympus.
Las nekainitas (hay mayoría de presencia femenina en esta orden) son grandes participantes en fiestas y rituales de cosecha y vida, y son magníficas organizadoras de bacanales sagradas por acontecimientos como la Cosecha Nueva y los Días del Grano en los que celebrar la Vida y la Abundancia, igual que llevan consuelo a los afligidos y relatan historias y dan clase a los niños en muchos lugares.
Un dato curioso es que casi todos los hombres que acuden al seno nekainita suelen identificarse más con el principio femenino o en ocasiones tienden a lo neutro, y llevan los mismos maquillajes intensos y dramáticos, cambiando sus nombres muchas veces por nomenclaturas neutras.
Hacer esto se considera un don y una forma de aceptar que no siempre todo es binario en su concepto base, puesto que siempre hay un lugar para la indeterminación.